Carne roja, ¿un riesgo para la endometriosis?
Es un clásico dentro de las recomendaciones dietéticas para el endometriosis. No encontrarás artículo o guía que no diga que comer carne roja empeora la endometriosis. ¿Pero qué hay de cierto en esto? ¿En qué se basan para admitirlo?
Existen muy pocos estudios sobre dieta y endometriosis y los que hay basan sus datos en cuestionarios sobre frecuencia de consumo. Los cuestionarios de frecuencia de consumo se realizan preguntando a las personas cuantas veces comen a la semana tal alimento y en qué cantidad. Estos cuestionarios son bastante subjetivos, ya que el recuerdo que tenemos de las cosas cotidianas suele ser pequeño. Intenta recordar lo que comiste la semana pasada, el mes o el año pasado. Seguramente tu recuerdo no sea muy fiel a la realidad.
Con esto no quiero decir que los estudio no sea válidos, pero sí que no son muy precisos. Son estudios que nos puede venir bien para hacernos una idea general, pero no para sentar las bases de un tratamiento dietético. Nos orientan y nos guían en la práctica clínica. Por esta razón, vamos a desgranar cómo nos afecta carne roja.
El consumo de carne roja tiene bastantes beneficios para la salud. Aunque no existe ningún alimento que sea indispensable su consumo, sí que hay algunos que son recomendables incluir. Es el caso de la carne roja:
- Es una fuente excelente de proteínas de alto valor biológico. En la carne encontramos todos los aminoácidos esenciales que deben ser aportados a través de la alimentación
- Contiene todos los ácidos esenciales, especialmente omega 3, sobre todo si la carne es de pasto
- Contiene altas dosis de hierro HEMO, un tipo de hierro que se absorbe mucho mejor. Si tienes grandes pérdidas de sangre durante la menstruación o sueles tener anemia, te interesa aumentar el consumo de este mineral.
- Rica en vitaminas del grupo B, especialmente de la B12, vitamina difícil de encontrar fuera del reino animal
Una de las razones por las que no se nos suele recomendar su consumo a las mujeres con endometriosis es por los estrógenos que pueda contener la carne. Desde hace muchos años está prohibido en la Unión Europea hormonar a los animales de consumo. El uso de hormonas solo está permitido bajo control veterinario y para fines terapéuticos. Además, esos animales deberán pasar un tiempo estipulado antes de poder sacrificarse para que su cuerpo pueda depurar todas las hormonas que se le han suministrado. Las carnes están sujetas a fuertes controles y análisis alimentarios. Un estudio realizado en la UE solo encontró hormonas en menos del 0,5% de las muestras, por lo que es bastante improbable que des con una de estas.
Por otro lado, la carne contiene hormonas del propio animal, en concreto 17-beta-Estradiol y sus metabolitos. Estos estrógenos se concentran principalmente en la grasa del animal y es más elevada en animales mayores que en los más jóvenes. Es recomendable que retires la grasa de la carne antes de consumirla. La cantidad de estrógeno en la carne no debería preocuparte, ya que no es una cantidad muy elevada. De hecho, en dietas occidentales el consumo dietético de estrógenos proviene en un 60-80 % del consumo de lácteos, así que es más importante que evites este tipo de alimentos que la carne.
Además de los estrógenos que pueda contener la carne en si, algunos estudios relacionan el consumo de carne roja con el aumento de hormonas esteroides en sangre, principalmente testosterona (4).
Otro problema asociado al consumo de carne son las dioxinas y los PCB. Estos son compuestos contaminantes procedentes de la industria y de pesticidas usados en la agricultura. Por desgracia este problema no depende del consumo o no de carne, ya que la contaminación es global y otros productos también contienen estos tóxicos. Existe una regulación que limita las concentraciones de estos compuestos, por lo que la carne que se vende debe estar dentro de los límites legales. Si deseas minimizar el consumo de dioxinas, lo mejor que puedes hacer es no consumir la grasa del animal, que es donde se concentran los tóxicos y comprar carne de producción ecológica y de pasto.
El consumo de carne también se asocia a un problema ecológico, ya que la producción intensiva de ganado contamina en exceso. Este problema se crea al sacar a los animales del campo, meterles en naves y alimentarle a base de cereales producidos en agricultura intensiva. La ganadería ha sido una práctica sostenible hasta que se industrializó su proceso. Los animales se alimentaban de hierba, abonaban la tierra y esparcían las semillas, ayudando a mantener el ecosistema. Cuando esta cadena se rompió, su producción empezó a ser problemática.
El exceso de consumo de carne de los últimos años hace que prácticamente no sea posible la cría extensiva de ganado. Si queremos seguir consumiendo carne y contribuir a que esta no represente un problema ambiental, la única manera es reducir su consumo y comprarla exclusivamente a productores tradicionales.
En los estudios sobre consumo de carne y endometriosis no aclara si realmente el riesgo es por la carne en si o por la grasa de esta, ya que en otros estudios sí que se ha relacionado el consumo de grasa animal con riesgo de endometriosis (1). En concreto fue el ácido palmítico, una grasa que se encuentra principalmente en la carne, la que se relacionó con un mayor riesgo de endometriosis. No son las grasas saturadas o monoinsaturadas las que provocan este riesgo, porque lo que otros productos que las contengan no serían perjudiciales. También se ha sugerido que la carne roja podría afectar a la endometriosis por su alto contenido en hierro hemo (2).
Visto lo visto, parece que tenemos más perjuicios que beneficios al consumir carne roja, pero todos estos estudios se basan en observaciones de consumos muy elevados de carne. El riesgo ocurre cuando se consumen dos o más porciones de carne roja al día, lo cual es una barbaridad incluso para personas que no tienen endometriosis. Actualmente para toda la población se nos viene recomendado el consumo máximo de una o dos raciones de carnes rojas a la semana. Lo cual sería la misma indicación para mujeres con endometriosis. En este estudio se comprobó que el consumo de menos de dos raciones a la semana tiene un riesgo bajo de provocar endometriosis (3).
Los grandes consumidores de carne se asocian también a dietas menos sanas. Suele ser gente que tiene un bajo consumo de frutas y verduras y hábitos poco saludables como el sedentarismo. Igualmente, las personas que consumen mucha carne roja tienen más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad por una mayor ingesta calórica. A mayor consumo de carne en tu dieta, menor consumo de otros alimentos más saludables como vegetales.
Conclusión
Los efectos perjudiciales del consumo de carne roja para las mujeres que tenemos endometriosis se producen cuando hay un alto consumo de este alimento. Dos o más raciones de carne roja al día suponen un riesgo para nosotras.
Una dieta basada en vegetales y en productos naturales como la dieta Mediterránea, ayuda a mantener los estrógenos a raya (5).
El consumo bajo de carne roja sin grasa, por ejemplo una vez a la semana, en el contexto de una dieta sana con muchos productos de origen vegetal, no debería suponer un problema para las mujeres con endometriosis. Además de ser un excelente alimento que nos aportara los nutrientes necesarios si estamos pasando por un periodo de baja energía o anemia.
Una recomendación muy importante es que, si vais a consumir carne, buscad aquellos animales que hayan sido a alimentados a base de pasto y no de cereales, que hayan podido andar en libertad y hayan tomado el sol. Y si tiene una certificación ecológica, mejor.
(1) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2873173/
(2) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6330594/
(3) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6066416/
(4) https://www.nature.com/articles/ejcn2009129
(5) https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1207/s15327914nc5602_18
Muchas gracias por el artículo, estuve llevando una dieta con un nutricionista, que me dijo que carne roja no por la cantidad de hormonas, pero leyendo tu artículo al final es un poco lo de siempre, los alimentos en su justa medida no son perjudiciales, el abuso de determinados alimentos, si.
Eso es, lo más importante es la calidad de esas carnes. Es una pena quitar de la dieta un alimento con tantos beneficios. Llevando una alimentación variada y sin abusar de este tipo de carnes, se pueden consumir perfectamente.